sábado, 1 de noviembre de 2014
miércoles, 8 de octubre de 2014
Nota
¿Habremos aprendido el catecismo del rencor
o la rabia se nos irá cayendo cayendo como escamas?
Fragmento "Ceremonias" Mario Benedetti.
o la rabia se nos irá cayendo cayendo como escamas?
Fragmento "Ceremonias" Mario Benedetti.
Religión - Intoxicados
Poco a poco pude notar que en la vida hay más de una realidad y cada casa es un mundo cada mente, un planeta donde tus ideas forman tu personalidad. Nada está bien, nada está mal, todo es distinto en mi forma de pensar no estoy arrepentido por lo que hice ayer pero lo que no me gustó voy a tratar de cambiar. Muchos confunden la felicidad con todas esas cosas que no pueden comprar yo no se si será la televisión que les muestra un culo que no pueden tocar. Mis amigos, mi familia, mis perros y el sol son las cosas que yo tengo como religión la vida es muy sencilla, pero algunos no lo ven y sólo buscan subirse a un Mercedes Benz. Cuál es la diferencia entre un remisero, un obrero, un profesor de facultad un cantante de rock, el que vende estampitas vivir en el campo o vivir en la cuidad si da lo mismo ser linyera que millonario robar toda la vida o salir a laburar ser lindo, ser feo, ser bueno, ser malo lo importante es si supiste disfrutar. |
lunes, 6 de octubre de 2014
ETAPAS
Siempre es preciso
saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella
más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras
llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que
se van clausurando.
¿Terminó tu
trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de
viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote”
en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió
tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu
amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir
cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con
momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en
el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que
sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser
niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes,
ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos
pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios
externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar,
desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que
aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja,
hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
El pasado ya pasó.
No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que
alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender
“tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es
dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.
La vida está para
adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas” por
si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a
qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios
que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir,
cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo
ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón,
en esa HABITACIÓN, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras
para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará
definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
viernes, 12 de septiembre de 2014
domingo, 17 de agosto de 2014
Mario Benedetti.
Me gusta la gente que
vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas,
sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus
sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la
gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que
arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite
huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
jueves, 14 de agosto de 2014
martes, 12 de agosto de 2014
jueves, 7 de agosto de 2014
domingo, 20 de julio de 2014
jueves, 17 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
martes, 1 de julio de 2014
Porque gracias a vos he descubierto
(dirás que ya era hora
y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos
llegan y se van
llegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones
una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan
y se van
pero vos
por favor
no te vayas.
-Mario Benedetti. "Mucho mas grave"
(dirás que ya era hora
y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos
llegan y se van
llegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones
una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan
y se van
pero vos
por favor
no te vayas.
-Mario Benedetti. "Mucho mas grave"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)